quarta-feira, 4 de julho de 2012

La Gracia de Dios y la ley de Murphy


.

Prodigal son
Prodigo

Josué Mora Peña

"La ley de Murphy dice que si algo va a salir mal, no importa lo que uno haga, debe a salir mal. Algunos llegan a ser esclavos de esta ley. Según ellos, todo les sale mal en la vida, aun aquellas cosas que han planeado detalladamente, les salen mal. Esto no tiene por que ser así, pero sin embargo, algunos viven bajo esta ley, la Ley de Murphy.

Es cierto que nadie esta exento de las leyes que gobiernan a este mundo: Leyes naturales, físicas, civiles, federales y sin dudad alguna, muchas mas leyes. Una ley muy común hoy día es "la ley del talión" "Ojo por ojo y diente por diente" o en otras palabras, "el que me la hace me la paga". A esto le llamamos revancha o venganza. Pero también existe otra ley que es muy importante, la ley de Dios.

El pueblo de Israel vivió por cuarenta años en el desierto. Al no hacer la voluntad de Dios y cumplir con su mandamientos y estatutos vivieron bajo la ley de Murphy. Todo les salía mal, criticaban constantemente a Moisés, añoraban inconformes por la vida errante que llevaban y vivieron así porque se lo merecían, desobedecieron a Dios y a su siervo Moisés. Se rebelaron en contra de su mismo Creador y la Biblia dice claramente que todos aquellos que pecaron, quedaron en el desierto, no entraron en la tierra prometida, tierra que fluye leche y miel. Solamente dos personas de las que salieron de Egipto 40 años antes, entraron en la tierra que Dios les había prometido: Josué y Caleb. Ni siquiera Moisés pudo disfrutar de la tierra que tanto deseaba conocer porque el mismo desobedeció a Dios. ¡Que tremendo es quebrar las leyes de Dios!

Alguien dijo en cierta ocasión que "en realidad, nosotros no quebramos las leyes de Dios, ellas nos quiebran a nosotros". ¡Y cuan cierto es esto! Al desobedecer cualquiera de las leyes divinas, nosotros somos los que sufrimos las consecuencias. El hecho de ignorar lo estipulado por Dios, no le afecta a la ley que desobedecemos sino nos afecta a nosotros mismos, los que quebramos Sus leyes.

La Biblia dice que los fariseos vivían bajo la ley del fariseismo. Es cierto que se debe a ellos el que la llama de Dios se haya conservado viva entre el período de los dos Testamentos, pero durante el tiempo de Cristo, los miembros de esta secta eran demasiado extremistas, legalistas, fanáticos, queriendo que todos cumplieran con toda la ley (de Dios y de Moisés) cuando ellos mismos no las guardaba, por eso Cristo los condeno y les llamo hipócritas, entre otras cosas. En Lucas 11:42 leemos: "Mas, ¡hay de nosotros, fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello". Lean los siguientes versículos para que vean que aun los intérpretes de la ley se ofendieron por las palabras que Cristo les dijo a los fariseos.

En los Estados Unidos, durante le época de la colonización, existía otra ley. Era el tiempo de los vaqueros, que tenían que proteger sus derechos y esta ley se refería a los que eran más rápidos para sacar su pistola para defenderse. Se le llamaba la "ley del mas fuerte" aunque en realidad era la ley del más rápido. Muchas películas se han filmado en relación con esto.

La Biblia habla acerca de otra ley, "la ley del pecado y de la muerte". Esta ley es la que nos condena. En Romanos 6:16 leemos, "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la desobediencia para justicia?" Y Pablo mismo, quien escribió la carta a los Romanos dice en el capitulo 7, verso 24, "¡Miserable de mi! ¿Quién me librara de este cuerpo de muerte?" Y el mismo se da la respuesta a su pregunta retórica en el capitulo 8, verso 1, "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". Noten que la palabra Espíritu es con mayúscula, dando a entender que es el Espíritu Santo, la tercera persona de la trinidad.

Esta ley, del pecado y de la muerte, es la que acaba con el ser humano. Vivir bajo la ley del pecado y de la muerte es, en realidad, vivir bajo la ley de Murphy. Todo aquel que vive desobedeciendo a Dios sufre las consecuencias de su pecado. A través de toda la Biblia nos damos cuenta que no hubo un ser humano que haya pecado y se haya librado de las consecuencias. Todos recibieron el pago de lo que hicieron mal. Todo les salía mal y no era hasta que recocían su pecado, le pedían perdón a Dios y entonces Dios los prosperaba en todo.

Y la historia se repite. Hoy día, todos aquellos que viven bajo la ley de Murphy no pueden prosperar en la vida, todo les sale mal. Por más que se esfuerzan en hacer las cosas bien, aun después de planear meticulosamente, al final de cuentas, no salen las cosas como ellos pensaban.

Pero uno no tiene por que vivir bajo la ley de Murphy. Dios nos promete en el libro de Josué 1:8 que si hacemos todo lo que esta escrito en ese libro [la Biblia] todo saldrá bien: "Nunca se apartara de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en el, para que guardes y hagas conforme a todo lo que el esta escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Es tan sencillo que hasta un niño entiende muy bien su significado. Es cuestión de obediencia. De saber obedecer a Dios, haciendo lo que la Biblia dice.

¡Que interesante es vivir, verdaderamente, bajo la ley de Dios! Haciendo y viviendo de acuerdo con Su voluntad. Todo saldrá bien, de acuerdo a su voluntad, cuando nos sujetamos a la ley de Dios, la ley del amor.

Quiero terminar con un verso bíblico, Romanos 7:22: "porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios". ¿Bajo que ley estas viviendo? ¿Bajo la ley de Dios o la de Murphy?"

Josué Mora Peña

Nenhum comentário:

Postar um comentário